Foto: Rocio Belmonte Fotografía

 El otro día pensé que este es uno de lo años que más la voy a disfrutar, es el año en la que no la he tenido que educar. No lo había pensado antes, pero ya se empieza a enfadar si le quito algo, si no la dejo subir la escalera, etc. y me he dado cuenta de que ya empiezan los NO y que mientras ha sido bebé he sido madre sin tener que ejercer el papel de madre ¿sabéis a lo que me refiero, verdad?

El sábado Valentina cumplió 1 año y puedo decir que ha sido el más feliz de mi vida, y tengo la suerte de haber vivido otros muy felices. No siempre ha sido fácil porque es un cambio enorme, llevo muchísimos años sola, viviendo la vida a mi aire y ha supuesto dejar a un lado muchas cosas personales y profesionales. Todavía tengo momentos en los que a una pequeña parte de mi le gustaría tener un poco más de control sobre mi tiempo, saber si voy a poder hacer algo sin que dependa de si se duerme o no, o de si tiene una tarde buena o mala. Pero luego pienso: eso ya lo has tenido, ahora disfruta de ella.

Me siento increíblemente feliz de ser su madre, de hacerla reir, de poder consolarla con un abrazo, de poder ayudarla a ponerse de pie. Nada en la vida te puede preparar para lo que sientes por un hijo, para lo que te cambia ser madre. Y este sábado a las 22:50 que fue la hora a la que nació, la cogí en brazos, y se lo dije mientras dormía. Todo eso que soñaba con decirle cuando nació y que no pude hacer porque estaba dormida después de una cesárea de urgencia, lo viví un año después.

Querida Valentina: Bienvenida a mi vida.