Una cena adivina con mucho arte.
by Bárbara.
Llega el buen tiempo y empiezan a entrarme unas ganas locas de hacer cosas en casa. Recibir a mis amigos y así vernos un poco más. Y…¿Qué mejor que una cena adivina?
Las cenas adivinas son veladas como las de antes, donde se preparaba una comida especial, se sacaba la mejor vajilla y se invitaba a un persona interesante para empaparse de su experiencia y de sus conocimientos en un ambiente cuidado y familiar.
Y estas cenas las organiza Silvia maravillosamente bien. Llegó y entre las dos comenzamos a ponerlo todo bonito. Su cartel de luces, flores, guirnaldas. Mientras una regaba la otra colocaba. Esto aquí, esto allá, flores en este jarrón, cuidado que esto se cae, se cayó…
Una tarde que ya empezaba muy diferente a mi día a día ¡que momento tan especial!
Encendimos un montón de velas, pusimos la mesa y el vino a enfriar mientras que llegaban mis invitados. Esos que apenas sabían que era una «Cena Adivina» y que venían con muchas ganas. Un batiburrillo de gente que entre unos y otros ni se conocían ¡la noche prometía!
Recibir a mis amigos y proponerles planes nuevos no me puede gustar más. Me hace muy feliz que disfruten y descubran cosas que en su día a día no pueden encontrar.
Y mientras tanto Cookita en la cocina y Eva inmortalizando cada momento. ¿el menú? de chuparse los dedos.
Salmorejo
Rollitos de aguacate con langostinos
Quiche de calabaza
Ensalada de frutos rojos
Ceviche de corvina
Mousse de limón
Tarta de zanahoria
¿Nuestra experta? ELLA con letras mayúsculas.
Artista visual, pintora, ilustradora y docente pero como dice ella:
Pinto, dibujo, imagino, construyo… pero sobre todo comparto y extraigo el talento. Como dice mi hijo Max, soy una motivadora…aquél que viene a mi clase se lleva un regalo, ese don que uno tiene y no lo sabe…
Soy afortunada por tener un don pero también por saber compartirlo.
Y la noche pasaba y más vino, comida rica, charla y…más vino 😉
Aprendimos mucho, opinamos más, conocimos y también alucinamos ¿que opináis de esta obra?
Sí, si son latas de … caca que llamó «mierda de artísta» de Piero Manzoni.
Y… de esta calavera de diamantes? Muchas opiniones diferentes y buen ambiente.
Y después de la charla aun había más. ¡Marta tenía preparada una sorpresa! Pinturas de tempera, pincel en mano, bastidor y…una canica. Muchos no habían cogido un pincel desde el cole y la verdad es que ver a adultos en plan «joe si soy un patán» «voy a quedar en ridículo» todos super aplicados, viendo que hacía el de al lado y si podíamos copiar un poco, pues también ;-b
Por un rato nos íbamos a convertir en la competencia de Pollock ¿que os parece?
Al final el resultado fue maravilloso ¡todos quedaron preciosos! menos alguno que otro que no atendió a la explicación y pensó que la canica no servía para nada.
Y llegó la hora de despedirse y el Ohhhh generalizado pero todos nos fuimos con una nueva experiencia, nuestra gran obra de arte 😉 y un obsequio de Mission Wrap para que practicáramos esos rollitos tan ricos que habíamos tomado.
Ya estoy poniendo fecha para la próxima. El experto lo tengo, ganas me sobran, Silvia está dispuesta…sólo me faltan los amigos!!!
Si queréis saber más sobre este proyecto tan increíble pinchad aquí.
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