by Bárbara.

Callejear por Madrid con una amiga. Sin prisas, con algo de frío pero bien abrigadas es un placer. Mirar los edificios, soñar que vives en esos balcones para después parar a comer ¿se puede pedir mas?

Estos son las horas chulas que le rasgas a la vida. Estar con tus amigas, ponerte al día y de paso, comer rico.

Y Rayén es uno de esos sitios. Sencillo, muy sencillo pero con mucho, mucho encanto.

by Bárbara.

Desde hace unos días mi móvil se ha llenado de amigos que me preguntan ¿me das ideas para hacer con los niños en Navidad?

Y es que son días perfectos para hacer planes en familia y en especial con los pequeños de la casa. Es lo que tiene la magia de la Navidad…

Así que hoy os voy a dar una lista de cosas.

Plan para un día de frio: Snoopy

Ya decía mi madre que todo vuelve y Snoopy que es de mi generación llega estas Navidades. por un lado en película que vi el otro día y me encantó y lo mejor de todo a mis hijos les chifló.

Tal ha sido el éxito como os puse en instagram  que la puerta del cuarto de Ale ya tiene un Carlitos, un Snoopy y un pajarito amarillo revoloteando.

by Marta.

Yo tengo algún tipo de problema con el tema de los bolsos y los neceseres, bastante superado ya, pero sé que está ahí. Durante mis peores épocas he llegado a tener dos cajas de plástico llenas de neceseres de viajes, otras para bolsas para ropa interior y zapatos y ya ni os cuento el número de bolsos. Cada uno tenía algo perfecto y luego resultaba faltarle otro algo. Y uno de los sitios más culpables de todo esto siempre fue Salvador Bachiller. Mi amiga Esther se reía siempre que llegaba con alguna bolsa y me preguntaba ¿el color perfecto? ¿la cremallera en el sitio justo? ¿el bolsillo de fuera o el de dentro? Todas mis excusas para una nueva compra 🙂

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by Marta.

Cada vez me gustan más las flores y las plantas. Cada vez me gusta más rodearme de cosas bonitas que me hagan pararme, respirar, disfrutar. Como comentaba Bárbara el otro día, el libro de la Magia del orden es un despertar a tener únicamente las cosas que nos llegan al corazón.

Tambiém estoy intentando vivir más despacio, con menos cosas que hacer, dejando que mi mente y mi cuerpo vivan un poco el momento, aunque me está costando. Así era mi vida hace 6 años y no tengo muy claro qué ha pasado, pero ahora vivo acelerada y con la cabeza puesta en la siguiente tarea constantemente.