Diario de a bordo: Cascáis: Martinhal.

Teníamos muchas ganas de pasar un fin de semana en familia, pero un fin de semana donde todos disfrutáramos así que decidimos ir a Martinhal Family Hotels. Dudamos entre el de Sagres y Cascáis y al final nos decantamos por este último.

Aunque es un viaje bastante largo desde Madrid para un fin de semana, supimos organizarnos bastante bien para exprimir cada momento.

Viajar en familia y más a un en algún lugar que vayamos a estar todos a gusto es un lujo. 

El hotel es precioso y muy acogedor.

Nosotros como durante el curso somos 6 (nosotros 5 más la aupair) nos asignaron una de las villas. Mucho cristal, mucha luz y todo perfectamente pensado para el disfrute de todos. En la planta de abajo un salón con dos literas y una cocina integrada con todo lo que os podáis imaginar. Arriba dos habitaciones dobles con su cuarto de baño.

Teníamos todos los ingredientes para pasar un fin de semana bien tranquilos.

Realmente en nuestro caso era una casa en toda regla. Con su cocina, su salón, jardín y varios cuartos. Fuimos 6 y estuvimos bien a gusto todos. No le falta detalle, hasta menaje por si una noche no quieres salir a cenar fuera y una tortilla francesa es lo que más te apetece.

También hay otro tipo de habitaciones dentro del hotel que son para menos personas ¡todas son preciosas y muy prácticas!

Los restaurantes son deliciosos y cada uno muy diferente del otro. Tienes varias opciones o de menú para las noches, o comer en el restaurante de niños (para mi gusto el mejor) o en el de la piscina mas informal.

Es de esos hoteles donde el café te lo sirven como a mi me gusta, con mimo y puedes estar horas y horas disfrutando de él. Os dejo el link para que veáis la variedad de opciones que hay.

Y lo reconozco, me encantan los hoteles que tienen Kids Club, contentos ellos, contentos nosotros 😉

Y Martinhal es un hotel para que estemos contentos TODOS. Ni siquiera se por donde empezar a contaros todo, pero es un hotel verdaderamente «family and child friendly».

Desde las 9:30 de la mañana hasta las 5;30 los niños pueden estar entretenidos en el kids club haciendo un millón de cosas, desde manualidades, deportes, piscina e incluso pueden comer ahí. Después de esa hora se entiende que hay que hacer «vida en familia» y se pueden disfrutar de otras cosas que tiene Cascáis.

Mis hijos nada más levantarse querían ir corriendo al kids Club cada uno a hacer una cosa distinta. Santi a saltar y hacer amigos, Alejandra con sus inventos y manualidades y Gonzalo a jugar con los trenes y los monitores. Ahhh ojalá mis padres me hubieran llevado a un sitio así, yo que soy hija única y que pasaba demasiado tiempo sola.

Os dejo información para que cotilleéis todas las actividades del Kids Club.

¿Os gustan las manualidades, pintar jugar, saltar y conocer a otros niños? Pues en el Kids Club lo encontrarás.

Mientras que los niños se lo pasan pipa, los adultos no sólo podemos desayunar eternamente con nuestro café y miles de periódicos, sino que luego pudimos ir a hacer deporte y luegoooooo leer y poco más ;-). ¡que placer!

Además es de los pocos hoteles (por lo menos que conozco) que los niños pueden utilizar el spa en su totalidad y a cualquier hora. Cuando salían del Kids Club, íbamos corriendo al spa y a relajarnos de tantas horas de juego. para nosotros, un planazo.

También nos gustó mucho el plan de alquilar bicicletas para todos. Nos sentimos como la familia Trapp. Es una zona muy residencial y es bastante seguro dar un paseo en bici en familia. Os tengo que enseñar en stories el vídeo que nos hicimos cantando porque es muy divertido.

Aunque la negociación era muy dura y no conseguimos sacarlos del hotel salvo una tarde, Cascáis tiene sitios muy chulos para cuando salgáis del hotel (si vuestros hijos os dejan)

Post en colaboración con Martinhal Family Hotels.

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Diario de a bordo: San Juan de Luz y Biarritz.

Mi diario de a bordo me está haciendo conocer sitios preciosos en familia.

Llevaba toda la vida queriendo conocer San Juan de Luz, siempre me habían llamado la atención las fotos que veía, cosas que me contaban mis amigas que veraneaban en San Sebastián y que todos los años cruzaban la frontera para pasar un día en este pueblecito.

Me sorprendió mucho lo cerquita que lo tenemos de España y que para mi era una zona totalmente desconocida: El País Vasco Francés.

Y el momento llegó  el pasado puente de mayo. Lo organicé con mucho tiempo para encontrar la casa que me apeteciera. Al final vi muchas apetecibles, pero esta me gustó especialmente. Una casa típica de la zona, muy amplia y perfecta para varias familias. Una pena que al final fuéramos solos…la podéis encontrar en airbnb.

Dicho esto ¡Comenzamos el tour!

Lo primero de todo os quiero avisar de los horarios ¡no son como en España! las tiendas cierran a las 18;30 y a las 21:30 el pueblo es fantasma. Un gusto para los madrugadores como nosotros porque a las 9:00 están en activo con todo abierto.

Todas las mañanas fuimos al mercado de Les Halles. Es una monada y se pueden comprar quesos, chocolates, panes riquísimos e incluso comida preparada que e lo que hicimos uno de los días para cenar en la casa.

Caminar por la rue Gambetta mirando a cada lado todas sus tienditas y tomarte un helado en Txomin, ojo porque aunque muy rico el chocolate suele ser puro y a los niños no les gusta.

Muchas tiendecitas monas y muchos lugares para cotillear. Me gustó especialmente una tienda de juguetes  y una de mermeladas llamada Francis Miot donde compramos muchas conservas -sin azúcar añadido- riquísimas.

Maison Adam una parada obligatoria si o sí. Y probar alguno de sus pasteles.

Comimos en Petit Grill Basque . No me pudo parecer más rico y auténtico el lugar ¡super recomendable! ya veréis que chulo el sistema de aire acondicionado que tienen. Un sitio con encanto.

Y la puesta de sol es ALUCINANTE. En ese momento te das cuenta de que pasada sería vivir junto al mar.

Bellini es otro restaurante de allí. Me resultó raro porque es italiano…pero con los niños es un acierto seguro y tiene mucha fama.

Y esas crepes de Piper Beltz de ahhh ¡como están esas crepes!. Que van directas al culo pero…¿sabéis que? me da igual.

Sentarse en la plaza de Luis XIV a mirar como los niños juegan y los artistas pintan es otro planazo y si te tomas un «macaron» de helado con un batido de mango . Después podéis caminar hacia la Iglesia de San Juan Bautista. Una de las iglesias más importantes del País Vasco francés por sus galerías de madera y el barco colgante.

El último día antes de irnos desayunamos en Ocean Coffe Bar. Todo super rico y hecho con mimo. Tortitas para todos, batidos caseros y un café de esos con mucha espuma. Los niños un «pain au chocolat» de escándalo.  Vamos, si yo pusiera una cafetería la mimaría y la tendría como es esta.

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Diario de a bordo: Marrakech con niños.

Marrakech, Marrakech nunca antes había sido tan pesada para hacer un viaje. Más de un año entero de insistencia me ha costado convencer a mi marido para ir a Marruecos con los niños.

Le parecía que era un destino «más de mayores» y desde el primer momento me dijo que vaya regalo les estábamos haciendo a nuestros hijos y es que no hay un lugar tan cerca de España que sea tan diferente a nuestro día a día y eso visto desde nuestros ojos es una maravilla pero desde las de un niño es una pasada.

Marrakech es perfecto para cambiar de aires ¡otro mundo!

MARRAKECH

Lo primero que os recomiendo es que tengáis los pasaportes en regla y que sino es así lo hagáis con tiempo ¡hay una lista de espera increíble! y grandes colas (para las familias numerosas el pasaporte es gratis si lleváis todos los papeles que piden).

Lo segundo es que lleguéis con bastante tiempo al aeropuerto. Es un vuelo que desde Madrid sale desde la satélite y hay que tomárselo con calma. Al despegar pero sobre todo al aterrizar porque el control de aduanas es eterno (dura más que el vuelo).

Dicho esto: ¡comenzamos!

Ha sido una semana llena de planes. Nuestro hotel estaba a las afueras de Marrakech en una zona que se llama El Palmeral con unas vistas al Atlas de caerte de espaldas y tranquilidad.

El kids club fundamental para viajar, ya que nos daba todos los días unos ratitos de desahogo de niños ;-). Ellos disfrutaban jugando con otros niños, haciendo actividades y nosotros leyendo, paseando, tomando un té y simplemente no haciendo nada.

Conseguir que los 5 estemos contentos no es fácil y ¡lo hemos conseguido!

Nuestro plan ha sido muy variado, por las mañanas tranquilos en el hotel y bañándonos en la piscina y por las tardes saliamos a La Medina a pasear entre sus callejuelas y empaparnos del mundo marroquí que tanto me gusta y tan diferente es al nuestro.

Fuimos a los jardínes de Majorelle. Un remanso de paz y de belleza alucinante. No me extraña que Yves Saint Lauren se viniera aquí grandes temporadas para inspirarse. Merece la pena ver la colección de cactus que tienen. Eso sí, os recomiendo coger un guía para ahorraros las colas que hay. Consejito de los buenos 😉

Y comer en La sultana en su terraza. Aunque hemos ido en invierno el clima es muy bueno durante el día y tuvimos que comer con sombreros de paja que nos dejaron. Mi padre decía que en Madrid estábamos a 6 grados y no me lo podía creer.

Y pasear por el zoco. Puedes echarle horas y horas y perderte entre todos los puestos. A mis hijos les encantaban las cajas de madera. Hay unas que tienen la llave escondida y tenían que encontrarla y otras de las que sale una serpiente (de mentira, claro).

Pararte a tomar un té verde mientras escuchas llamar a la oración es algo que hay que vivir porque es difícil de explicar. Otro mundo.

Y comer en La Famille. Este sitio me gustó especialmente. Un patio con tienda y comida vegetariana riquísima. Tanto que me compré el libro para hacer las recetas en casa. El baño una preciosidad y todo hecho con materiales básicos: ladrillos, madera y poco más.

Y de ahí pasear hacia el Palacio de la Bahia. Todas las veces que he ido a Marrakech he pensado lo mismo. Que alucinante es y que vida de contrastes. Del bullicio de la calle a la paz absoluta con sólo cruzar una puerta.

La Mamounia fue otras de nuestras visitas. Dicen que es uno de los hoteles más lujosos del mundo, pero no os preocupéis porque podréis entrar a caminar por sus 8 hectáreas de jardines y tomar algo sin problema. Nada más entrar te crees que eres Churchill (solía establecer su cuartel de invierno) y no te esperas que en el centro de Marrakech haya esos jardines. Un paseo de una tarde. Compramos luego un kaftan dentro de las tiendas del hotel para Alejandra que se va a poner muchísimo este verano ¡ya os lo enseñaré en Instagram!

Marrakech es un oasis de colores, aromas, música, sensaciones oraciones que hasta que no lo sientes no puedes hacerte una idea.

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Diario de a bordo: Trujillo.

Llega el frío y empiezan a apetecer las escapadas de fin de semana. En nuestro Diario de a bordo esta vez nos vamos a Trujillo. Un destino que tenemos muy reciente, ya que siempre hacemos una parada cuando nos vamos a Portugal en verano.

Esta vez iremos Manu y yo solos. Ya conocemos Trujillo bastante bien, y es un lugar perfecto para pasear, charlar, comer y perderse por sus callecitas.

Trujillo es una ciudad enigmática, enclave histórico del descubrimiento, la evangelización y la conquista que vería una y otra vez.

 Trujillo siempre es un destino de fin de semana estupendo, está vez os lo propongo como plan romántico que también se agradecen mucho.

trujillo

Nuestro sitio preferido para quedarnos a dormir en Trujillo es La Casa Orellana. Una auténtica preciosidad con sólo 5 habitaciones. Santi me dice que se siente como un caballero cada vez que vamos.

Fue la casa de Francisco de Orellana, el descubridor del Amazonas. La casa mantiene la estética original y ha sido decorada por Duarte Pinto Coelho. Un lugar que no puede ser más romántico así que en esta ocasión yo os recomendaría que los niños se quedaran con los abuelos para poder disfrutar de esta casa y poderse relajar (que falta nos hace de vez en cuando). En esta época del año no es lo más relevante, pero tiene una piscina fantástica que en verano es una delicia.

Te sientes como en casa, todo acogedor, calentito y en el mismo centro. Caminando llegas a cualquier sitio en pocos minutos.

Cuando llaméis para hacer la reserva, preguntad por Jose, y decidle que vais de mi parte. Os atenderá de maravilla.

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Desde nuestra «base de operaciones» en Casa Orellana, pretendemos hacer un montón de cosas. Os paso una listita:
 
La Villa Medieval amurallada con sus Casas Solariegas.
La Fundación Xavier de Salas emplazada en el Convento de la Coria.
La Iglesia de Santa María la Mayor de la Asunción.
El Arco del Triunfo.
El Arco de San Andrés.
El Arco de Santiago.
La Plaza Mayor Renacentista.
El palacio de la Conquista.
El palacio del Duque de San Carlos, propiedad del Marqués de Santa Cruz.

Y, como no puede ser de otra forma, después de unas cuantas visitas a la ciudad, ya tenemos algunos sitios «favoritos»:

Mi tienda preferida sin lugar a dudas la de Belén Lacalle. Tiene un gusto increíble para darle el toque a vuestra casa. Telas preciosas, lámparas, cojines… perso sobre todo un asesoramiento de 10.

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La creatividad es la inteligencia divirtiéndose

A. Einstein

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